Científicos del Computational Story Laboratory han analizado 1700 novelas para identificar los componentes básicos de cualquier historia.
Si tomamos el popular dicho «Nada nuevo bajo el sol«, su uso se refiere a la idea general de que la historia es cíclica. El origen de este proverbio se encuentra en la Biblia, en concreto en Eclesiastés (Capítulo 1, versículo 9), y se le atribuye al rey Salomón:
“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol”.
La traducción proviene del latín (nihil novum sub sole), y gira alrededor de la idea de que todo, o casi todo, tiene un precedente, la Historia se desarrolla de manera cíclica, repitiéndose cada cierto tiempo unos hitos concretos, que pueden transformarse en la forma pero no en el fondo.
Esta idea de que la originalidad es difícil y escasa, se puede aplicar con total acierto a las historias. Todas las historias están inventadas, cada nuevo libro, cada nuevo guión toma una historia contada ya mil veces con pequeñas variaciones y en escenarios distintos.
Esto es sí mismo no tiene porqué ser algo negativo. Desde los tiempos de Aristóteles ya se conocía que hay solo un cierto número de arcos bajo los que se encuentran todas las historias.
En el siguiente vídeo podemos ver una clase en 1995 donde se explica de manera gráfica y efectiva los tres tipos de arcos que más nos gustan en una historia, los más básicos y bajo los que se encuentran la gran mayoría de las historias y la gran mayoría de las mejores historias.
Y este análisis se confirma si analizamos el tema desde un punto de vista científico.
Los seis arcos emocionales básicos
Los seis arcos emocionales básicos son:
– Un aumento continuo y constante del balance emocional, como en una historia de pobreza a riqueza como «Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas» de Lewis Carroll.
– Una caída contínua y constante del balance emocional, como en una tragedia como «Romeo y Julieta».
– Una caída y luego un aumento, como la historia de un hombre en un hoyo.
– Un ascenso y luego una caída, como el mito griego de Ícaro.
– Ascenso-caída-ascenso, como la «Cenicienta».
– Caída-subida-caída, como Edipo.
El balance emocional y su variación a medida que se desarrolla la historia puede representarse en una gráfica. Dos ejemplo, una de una trama sencilla y otra de una compleja:
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